martes, 26 de octubre de 2010

DEFINIENDO NUESTRO PROPIO DESTINO: REVITALIZAR CIUDADES Y PUEBLOS, por Jill Jordan

Jill Jordan es consultora en desarrollo comunitario, conferenciante y dinamizadora de desarrollo cultural. Su aportación ha sido clave en algunas iniciativas comunitarias en Maleny, Australia. Ve en el desarrollo económico comunitario una alternativa a los sistemas convencionales, caracterizados por unas instituciones complejas y alejadas del individuo y del entorno.

He vivido en la comunidad de Maleny, que es una pequeña ciudad de Queensland (iba a decir cerca de Crystal Waters, pero en realidad es Crystal Waters la que está cerca de Maleny) durante 25 años. Quiero explicaros el proceso de la toma de poder por parte de los miembros de esta comunidad en los últimos 20 años aproximadamente.
La historia comienza en los 70. Maleny era uno de esos núcleos rurales pequeños muertos que hay en Australia y el resto del mundo occidental. La tierra era barata y había un flujo de pobladores hacia ella. Cuando llegamos a Maleny, faltaban muchos suministros, como por ejemplo alimentos integrales. Así que empezamos a cultivarlos.
Un día, media docena de nosotros (muchas cosas comienzan con la reunión de media docena de personas) pensó que podríamos cubrir una parte de nuestra necesidades alimentarias con una cooperativa de productos ecológicos. Así empezó nuestro primer negocio. Todos teníamos una cierta formación, éramos de clase media, blancos y ninguno había montado un negocio antes. Queríamos disponer de alimentos biológicos y poder vender los excedentes. Era el año 1978.
Lo primero que decidimos es que la cooperativa sería para todo el pueblo, aunque éste lo ignoraba entonces. Abrimos la primera tienda y la gente del lugar nos miraba con recelo. Hacíamos cosas "raras" como reciclar frascos de cristal y bolsas de plástico Pero las mujeres mayores se fijaron en esto, en valorar los recursos escasos, algo que ellas conocían muy bien; así que entraron a la tienda. Al principio se limitaron a traernos sus frascos y bolsas. Vieron que vendíamos productos locales y preguntaron si ellas podían traer los suyos.
Poco a poco la gente del lugar se fue implicando. Hoy la cooperativa tiene 650 miembros y 60 productores, y genera 450.000 dólares al año. Una pequeña y exitosa operación se convirtió en una grande y exitosa operación.
En 1979, Bill Mollison, "la madre" de la Permacultura, se fue a los EE.UU. y volvió a Australia entusiasmado con el movimiento de inversiones éticas. En 1983 nos invitó a una docena de nosotros a conversar sobre el tema, tras lo cual nos urgió para que volviéramos a nuestras comunidades y creáramos nuestras propias instituciones financieras. Ya éramos conscientes de que hacía falta capital para crea una comunidad.
Tentamos bastantes habilidades técnicas pero nada que impresionara a un banco. Llevé la propuesta de Mollison a una asamblea de la cooperativa y tuvo una gran acogida. Así que creamos !a Institución Crediticia Maleny en 1984. Esta institución se encuentra en el centro mismo de Maleny y sirve a 3.000 miembros.Tiene un capital de 9,5 millones de dólares y ha concedido 21 millones en préstamos para adquirir tierras, casas y pequeños negocios, que han revertido en la comunidad.
Cuando se administra una organización financiera multimillonaria uno se da cuenta de que hay problemas inherentes al dinero. No importa si administras bien, si consigues abaratar costos o si estrechas el espacio entre los que tienen dinero y los que no tienen: los ricos son más ricos y los pobres más pobres.
Pero aquí, de nuevo, nuestra entrañable Permacultura viene a rescatarnos. Lea Harrison, otra estupenda profesora de permacultura, estaba en los EE.UU. trabajando cuando se encontró con Michael Linton, quien había inventado una estrategia económica alternativa llamada LETS, Sistema de Comercio e Intercambio Local (que posteriormente se transformó en Sistema de Comercio y Empleo Local y posteriormente en Sistema de Transferencia de Energía Local). Este sistema permite comerciar sin dinero. Recupera el concepto de que la riqueza de una comunidad reside en sus bienes y servicios, no en su dinero. En la actualidad tenemos una economía dual que satisface todas nuestras necesidades.
Lo maravilloso de LETS es que no sólo es una herramienta económica sino también un cohesionador de la comunidad. En Maleny, el LETS cuenta con 800 miembros y produce unas 25.000 unidades al mes.
Tres años después de la creación de la Institución Crediticia, se produjo el derrumbe de Wall Street. De la noche a la mañana, las tasas de interés en Australia bajaron de 17% a menos del 9%, pero las tasas de la Institución Crediticia se mantuvieron en el 13 %. Nunca hemos seguido las tasas de interés del exterior.
De hecho, la gente del lugar vino en tropel a depositar su dinero. Nosotros les dijimos que utilizaríamos su dinero en proyectos locales y que, si no les interesaba, era mejor que se fueran. Bueno, algunos lo hicieron pero otros dejaron su dinero y hoy son de los inversionistas más importantes.
Creo que las dos áreas en las que la gente necesita tomar el poder son el sistema monetario y el gobierno. Este último tiene una influencia diaria sobre nosotros.
Hacia 1991 otra mujer y yo fuimos elegidas para el Ayuntamiento. Esto suponía que una parte de la comunidad extendida de Maleny accedía al poder. Así, pudimos introducir algunos cambios, hicimos públicas las reuniones e impulsamos la participación local, realmente reducida y conservadora hasta entonces. Así mismo creamos la Fuerza Rural Especial, que surgió de una consulta comunitaria mientras estábamos en el Ayuntamiento.
Esta Fuerza la componían 180 personas y su cometido era velar por que se hiciera un uso sostenible de la tierra, no sólo en beneficio de las personas de la comunidad, sino de toda la ciudad.
En 1993 vimos nacer nuestro primer gremio, el de artesanía, que comenzó con tres artesanos. Hoy hay 23 y tienen una tienda con una amplia gama de artesanías. También se creó un cineclub, para que pudiéramos elegir las películas que queríamos ver. En 1994 decidimos que había llegado el momento de abrir un Club de la Cooperativa, un lugar donde se ofrece buena comida, bebida y música local en vivo. Está actuando como catalizador de la comunidad. Trabajamos con tesón y también tocamos con tesón.
También se ha abierto un Centro de Aprendizaje de la Cooperativa. Y ha surgido el Grupo Colinas Verdes de Maleny, que tiene una estrategia interesante. Lo crearon los profesionales y los hombres de negocios de la ciudad después de que el Ayuntamiento volvió a los negocios convencionales tras las últimas elecciones, lo que significaba desarrollo a toda costa. Estas personas se reunieron y decidieron que no aceptaban la situación.
La comunidad ha llegado a controlar sus asuntos de tal manera que ha creado una Fundación que le permite comprar tierras que, de otra manera, serían explotadas por el gobierno local. Como podéis ver, hemos llegado a ser una comunidad que sabe lo que quiere y, lo más importante, que sabe cómo conseguirlo.
Ahora Maleny está en un punto interesante. Con la experiencia acumulada, muchas personas han creado organizaciones. Empezamos con lo básico, la comida y el dinero; luego seguimos con la tierra, las casas y la energía; luego la gente fue creando sus propios ingresos y finalmente, la cultura, la comunicación y la educación. Es el mismo proceso que se ha dado en otras comunidades. Creo que ha sido un proceso bastante orgánico.
Lo que quiero deciros es que lo que hemos construido en Maleny puede hacerse en cualquier lugar. Maleny es especial pero igual lo son otras comunidades. Nos hemos dado cuenta de que aunque las estrategias sean diferentes, los elementos son los mismos, y extrapolables a todo el mundo.
En primer lugar, deben responder a una necesidad, una necesidad comunal. No importa cúan buena sea la estrategia, si no responde a una necesidad de la comunidad, no despegará. También se necesita a alguien que vele por esa estrategia. Personas que inventen estrategias y personas que mantengan la perspectiva.
Lo siguiente es no hacer proyecciones sobredimensionadas: más vale un éxito pequeño que una gran derrota. Si comenzamos pequeños y sostenibles, nos mantendremos sostenibles.
Finalmente, el desarrollo de habilidades es importante. Y no sólo de las técnicas, administrativas y financieras, sino sobre todo de las interpersonales: aprender a ayudar a la gente a tomar decisiones importantes y a resolver conflictos. Si reúnes a un grupo de personas, sabes que habrá conflictos y, sin embargo, sin organizaciones no se puede avanzar.
Ahora quisiera hablar de la manera de poner en práctica estas estrategias en la comunidad; es muy diferente revitalizar ciudades y pueblos que crear "asentamientos verdes", como nosotros les llamamos.
Nuestras relaciones con la gente de Maleny al principio fueron de confrontación. Fuimos bastante maleducados. Considerábamos enemigos a los granjeros y les reprochábamos el mal uso que hacían de la tierra. No comprendíamos que estaban haciéndolo lo mejor que sabían ni que temían perder su medio de vida; porque nuestra llegada representaba, de alguna manera, una amenaza a su continuidad.
La vieja ética dice que hay dos tipos de personas: las que dicen lo que se debe hacer y las que lo aceptan. Pero la toma de poder que nosotros proponemos significa que todos asuman la responsabilidad de sus decisiones. Esto último es radicalmente opuesto a la antigua manera de pensar y, sin duda alguna, es amenazador.
Es importante averiguar de dónde viene ese miedo y trabajar con él (personalmente estoy en este punto de crecimiento personal, y estoy haciendo avances). Reconocerlo y encontrar la manera de superarlo.
Os voy a explicar algunos métodos para sobreponerse a ese miedo... Ofrecer mucha información, permanecer receptivos y dar tiempo para que la gente cambie de opinión. Estudiar las habilidades de cada uno. Por ejemplo, si queréis saber qué árboles plantar en la zona, debéis ir al carpintero y preguntar. Hay realmente muy pocas personas que se nieguen a darte ayuda cuando se la pides. El miedo se resquebraja con el trato directo y la comprensión.
Ahora quisiera comentar los problemas que nos hemos encontrado a la hora de crecer. Cuando existe una comunidad viva, es como acercar las polillas a una llama.
En Maleny hemos tenido un crecimiento anual del 8'5 %, lo cual es muchísimo. Esto crea problemas, sobre todo con la gente mayor, quienes se sienten desplazados al pasear por la calle y no conocer a nadie.
Cuando hay un movimiento de gente hacia un lugar, sólo el 30 % consigue un trabajo en la zona, en la construcción, el comercio y en el desarrollo derivado del mismo crecimiento; y se debe ayudar al otro 70% a generar su propio trabajo. Para nosotros es importante estar abiertos como comunidad y ofrecer oportunidades a las personas que quieren incorporarse.
Ahora tenemos en Maleny a gente de otras partes de Australia que viene a aprender sobre el terreno para luego aplicarlo a sus comunidades de origen. Lo que os vengo a decir es que todo lo que habéis oído es aplicable en todo el mundo y que está bien que se haga.
Cada comunidad es única, tiene sus propias habilidades y su diversidad. Nuestro deber es dar a nuestras comunidades la capacidad de funcionar por si mismas, a su manera, potenciando su idiosincrasia.

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